sábado, mayo 30, 2009

30 DE MAYO.






Me gusta este día. Es mi santo, y además hoy mi abuelo hubiera cumplido cien años. Permanece en mi recuerdo inalterable y, por lo tanto, el post de hoy va directo al cielo.

Mi abuelo, ¡qué bonito poder decir "mi abuelo"!. Se fue cuando yo aún no habia tomado conciencia de lo importante que es tener un abuelo en la vida.

Recuerdo llegar al pueblo y salir corriendo a darle un beso.

Siempre estaba sentado con Tío Dionisio, en la Capellania, contando chistes a sus amigos.

El chatito de vino a la hora de comer.

Me viene a la memoria su sentido del humor, exquisito, divertido, excelente.

Su miedo a morir ahogado porque fumó mucho de joven, me dejó en herencia la lección bien aprendida para que no cometiera el mismo error cuando fuera mayor. Seguí sus consejos a rajatabla.

Recuerdo que mis primas y yo, siempre queríamos ver como le pinchaba el doctor y nuestras madres no nos dejaban, eso hacía que nuestra curiosidad aumentara, cosa que mi abuelo no ignoraba, así que les dijo: "¡Dejarlas que me vean el culo, hombre, que es lo que quieren!", no le faltaba razón, sabía muy bien por donde iban los tiros de nuestra curiosidad infantil.

Escribía con una letra preciosa.

Sabía estar.

Nos recalcaba que cuando muriera nos vistieramos todos de rosa e hiciéramos una fiesta en su honor. Con mucha comida y bebida.

Se pasaba las noches cuchicheando con mi abuela. Hablaban sin parar hasta muy tarde y desde bien temprano, no tengo ni idea de cuando dormían. Siempre me viene a la mente ese susurro, esa charreta nocturna que tenían.

Tenía un gato igual que Colás. Mi abuela le reñía si le daba de comer mientras estábamos sentados en la mesa, y él cuando ella se daba la vuelta, me guiñaba el ojo y le daba su ración al gatito pidiéndome que guardara silencio. Cuando murió, el gato lloraba junto a su cuerpo sin separarse de él, conocedor de que perdía a un fiel amigo.

Mi abuelo, era un hombre que impresionaba, por sus maneras. Lo recuerdo alto, con su sombrero negro, imponente, especial.

En el pueblo, en este último viaje, me contaron que la gente aún recuerda su entierro, de tantas personas como fueron a despedirle, se perdía la vista en lo alto de la cuesta porque se acercaron muchos de los pueblos de alrededor, era muy querido, bien conocido y dejó huella en muchos corazones.

Mi abuelo me enseñó sin él saberlo una gran lección de vida. Su muerte me hizo comprender muchas cosas y siempre creo que hubo un antes y un después. Como se fue cuando yo era todavía muy niña, sentí que no lo habia estrujado suficiente, que debería haberle conocido mejor, disfrutarlo más, que mis recuerdos andaban limitados y todo eso originó la relación especial que mantuve después con mis abuelas, especialmente con su mujer de la que os hablaré otro día, con la que pasé mucho tiempo, muchas horas, y con la que escribí un libro muy interesante de refranes, canciones y poesías populares que se sabía de memoria. Un libro sobre ella que estoy a punto de dar por finalizado y que será un sueño hecho realidad.

Así que con este post aprovecho para recordar a los nietos que todavía tienen cerca a sus abuelos, lo privilegiados que son, que los disfruten, que los quieran, que les escuchen y que los estrujen.

Mi abuelo se llamaba Fernando.

Para ti, abuelo, una pieza importante de mi puzzle.

viernes, mayo 29, 2009

JÚLIA.


Esa cosita de color rosa que se ve colgada de una mochila en la espalda de su papá, es Júlia. Es una niña preciosa que aún no ha cumplido dos añitos y se ha convertido en mi fan número uno, por eso hoy le dedico el post.
Júlia me habrá visto tres veces en su vida, una cuando era recién nacida, dos el día que se ve en la foto que salimos de excursión, y tres la semana pasada, pero sabe muy bien mi nombre y me reconoce a la perfección. Resulta que sus padres leen mi blog y en la mayoría de las ocasiones ella está sentada en sus brazos, así que cuando ve mi foto dice algo parecido a Lorena señalándome.
Su madre me contaba que ella tiene sus preferencias, a ella le gusta ver fotos mias, ¡toma ya!, ni paisajes, ni árboles, ni nada, porque me reconoce a través de ellas, así que lo tendré en cuenta.
La semana pasada me contaba con su lengua de trapo como se llamaba la muñequita de color lila que llevaba entre sus manos. A mi me hace mucha gracia porque es tan pequeñita todavía...y me llamaba por mi nombre, "oena, oena...", así que este post lo tiene más que merecido y desde aquí quiero mandarle hoy un besito muy fuerte a esta bloguera tan especial, tan guapa y tan graciosa que tengo, ¡para ti Júlia!.

jueves, mayo 28, 2009

INSOMNIO.



La noche pasa factura y ahora ando al revés, de día adormilada y en las horas nocturnas completamente activada, como las lechuzas. Consecuencias del trabajo a turnos. Eso es un problema porque una se mete en la cama con más energía de la que toca y empieza el viaje por los rincones más recónditos de la mente, que en ocasiones es muy traicionera, aunque la pasada noche me aferré a recuerdos hermosos.

Viajé a tiempos lejanos y me encontré a mi misma frente a una pizarra verde con una tiza en la mano y un profesor diciéndome que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Fue la primera vez que oí esa frase, la recuerdo perfectamente y no conseguí comprenderla porque me la tomé al pie de la letra, y yo, desde luego, no me habia tropezado con ninguna piedra..., para llegar a ese entendimiento tuvo que pasar un tiempito más.

Las pizarras. Me encantaban las pizarras. Me gustaba pasar por clase cuando no habia nadie y podía disfrutar explicando mis teorías sobre la vida a unos alumnos imaginarios. Quizás debería haberme dedicado a la enseñanza. ¿Alguno de vosotros ha hecho lo mismo?, aprovechar la más mínima oportunidad para escribir en la pizarra lo que sea y después de cara a la sala vacía, dar golpes sobre las letras haciendo los mismos aspavientos que hacían los profesores. Eso si, salir por placer, porque cuando te decían "Lorena, sal a la pizarra y resuelve este problema", ufff, las piernas me temblaban...

Cada maestro tenía una técnica, por ejemplo, Don Rafael, a quien recuerdo con especial cariño y quiero mencionar porque falleció hace un par de años. Me encantaba este señor, era imponente. Tenía su propio estilo, cogía la tiza con dos dedos y escribía sigilosamente sobre la pizarra, se tomaba su tiempo y después se limpiaba las manos con ahínco. Solía señalarnos lo que había escrito con un palo de madera y daba golpecitos sobre las letras. Golpes de ¡no os durmais en clase!. Después, estaba Amparo que era más teatrera, escribía mucho en la pizarra, la llenaba de teoremas para luego hacer aspavientos con los brazos mientras nos explicaba el significado de los mismos. Se notaba que disfrutaba y a mi me embelesaba ese estilo particular que tenía para hacernos llegar las matemáticas. Don Ramiro utilizaba la tiza, la mano dura y la libreta de poner negativos. Nos llevaba rectos como un palo. Allí no chistaba nadie mientras estuviera él en nuestra presencia y fue el único profe que me suspendió con un seis porque decía que tenía capacidad para un nueve, así que hasta que no lo saqué iba con las calabazas a casa. A Regina la recuerdo escribiendo la fecha con todo lujo de detalles, el día, el mes, el año, todo bien clarito no nos perdieramos en los recovecos del tiempo.

Anoche regresé a la pizarra del cole, pero en concreto me vino un flash que es el origen del post de hoy. Un día se fue el profe de clase y me designó a mi como encargada de mantener el orden de la misma mientras él no estuviera presente. Esta misión era muy importante para una niña de mi edad ,y además, era algo que todos queríamos hacer. Consistía en salir y apuntar en la pizarra el nombre de cada compañero que osara a hablar. En mi caso, mientras yo estuviera allí de guardiana del orden, no se podía decir ni mu. Era muy divertido: "Santi, ¡has hablado!", y empezaba a escribir su nombre en la pizarra, porque lo importante era poder escribir...y entonces, era cuando Santi replicaba: "no he dicho nada, es que se le ha caído el boli a Felisa..." , y yo completamente metida en mi papel: "no se puede hablar así que te pongo una rayita",(que era bien sonora, un golpe seco con la tiza), y añadía la rayita correspondiente junto al nombre de Santi. Siempre aparecía uno que decía: "¡chivata!, ¿y tú porque hablas?", y entonces yo iba corriendo a escribir "Fer-nan-do", bien clarito, que se enterara de que estaba apuntado, y él replicaba: "¿lo ves?, eres una chivata", ocasión ideal para añadir la rayita por cada palabra que dijera de más.
Por buen comportamiento también se intervenia para quitar rayitas, que el borrador también nos gustaba un montón. A todo esto no dejaba de mirar hacía la puerta y en cuanto oía los pasos del profe acercarse, como una moto lo borraba todo, así que los afectados ese día eran los amigos más amigos del mundo y yo quedaba encantada por haber podido escribir en la pizarra, que al final era de lo que se trataba.

miércoles, mayo 27, 2009

LA CALLEJA DE LAS FLORES.







Siempre me escapo hasta la que yo llamo Calleja de las flores, aunque no es su nombre real, y en esta ocasión me encontré con un señor encantador de 94 años que tenía muchas ganas de hablar y dió con la persona perfecta. Se llama Amadeo y vive en esta calle que a mí me gusta tanto y que según sus propias palabras: "esta es la mejor calle del pueblo", pues así sea. El señor Amadeo me hizo una reflexión sobre la vida de antes y la de ahora. Me contó muchas cosas, entre ellas que a la calle en cuestión le habían cambiado el nombre: "cosas de política, que es muy mala...", y que esta decisión recién tomada por el ayuntamiento era una provocación que genera cierta rebeldia entre los vecinos: "no les va a servir de nada porque la gente del pueblo la seguimos llamando por su nombre de toda la vida, que es el de verdad". Me habló, mientras paseábamos, de que antes había mucho más cariño entre las personas, más amor, más comprensión. Me comentó que lo poco que se tenía se compartía y que todo eso ya no existía, porque: "hay demasiada televisión y demasiado de todo", y eso de tener tanto según él hace que nos señalemos unos a otros diciendo "ese ha hecho eso y ese es lo otro...", rumores, comentarios, dimes y diretes que hacen que nos separemos, que nos individualicemos.
El caso es que salí enriquecida de aquella conversación, fortalecida en mis conclusiones, en mi filosofia de vida. Una siempre aprende de personas con la experiencia de una vida ya recorrida. Los consejos suelen ser realmente válidos e interesantes viniendo de un señor de esta edad, porque aunque Amadeo no aparenta para nada los años que tiene, estaba hablando con un señor que nació en 1916, que se dice pronto, y que por lo tanto es una enciclopedia andante. Disfruté mucho de su compañía y espero que cuando regrese de nuevo y vaya a tocar a su puerta, siga estando ahí para con su amplia sonrisa seguir contándome cosas de la vida, del antes, del después...quiero seguir aprendiendo.

martes, mayo 26, 2009

GUADALUPE. Plaza de la puebla.








No sé visitar el pueblo y no dejarme caer al menos uno de los días por Guadalupe. Es curioso porque es un pueblo muy turístico y yo suelo huir de los lugares con mucho bullicio, pero me falta algo si no lo visito y reconozco que el cariño que tengo a este rincón del mundo hace que olvide los aspectos que menos me gustan de él.

Siempre resulta imponente encontrarse en la plaza de la puebla con la enorme fachada del monasterio frente a una. Como imponente resulta también la visita al corazón del mismo donde se encuentran tesoros de valor incalculable. Fue declarado en 1993, patrimonio de la humanidad por la Unesco y merece la pena un paseo por su interior, porque aparte de las obras de arte que alberga, como los lienzos de Zurbarán, el claustro mudejar es una preciosidad.

Llegó el bautizo de Silvia y después tres horitas de deleite disfrutando de las calles de Guadalupe, aprovechamos la oportunidad para subir al camarín de la virgen a la que le dieron la vuelta y no nos dejaron ver al final. Esta virgen funciona así, se pasa el día dando vueltas.
Cuando yo era pequeña, recuerdo estar en el interior de la iglesia del monasterio y ver a la virgen, morena, o mejor, negra, preciosa, con su manto rojo. Mi vista se perdió unos momentos en los ornamentos del enorme órgano que habia en el fondo de la basílica y cuando volví a mirar a la virgen, ¡no estaba!, y al rato, volvía a estar. Recuerdo que en mi mente infantil pensé que estaba pasando algo raro, o bien tenía un problema de ceguera transitoria o eran cosas de fantasmas y espíritus...nada más lejos de la realidad, claro, esto funciona así, la gente sube a ver a la virgen y la giran y después la regiran y así sucesivamente...

De todos modos, merece la pena subir al camarín. Allí se encuentran las ocho mujeres fuertes de la biblia: María la profetisa, Débora, Jael, Sara, Ruth, Abigail, Esther y Judith.

Las leyendas que rodean a Guadalupe son muchas. La historia de la aparición de la virgen a un pastor que se llamaba Gil Cordero dicen que fue el principio de la construcción del monasterio. No lo tengo demasiado claro porque pese a que he leído mucho sobre ello, hay muchos datos contradictorios. Dicen que la virgen en su aparición reveló al pastor el lugar donde se encontraba su talla, que según cuentan en su día perteneció a San Lucas, sea o no así, en el supuesto sitio donde apareció la talla se construyó la ermita del humilladero. El nombre real de esta ermita es el de "La santa cruz", y hasta ella se acercó en su día Miguel de Cervantes para dejar las cadenas de su cautiverio en Argel.

En la fuente ubicada frente al monasterio, cuentan las malas lenguas que bautizó Colón a los primeros indios que trajo de las américas. En realidad, los libros datan este bautizo en 1496 y en el mismo monasterio. Pobres indios que fueron sacados de su tierras, cristianizados a la fuerza y llevados como ofrenda ante la virgen de Guadalupe, como si de un jarrón de flores se tratara, casi ná!

domingo, mayo 24, 2009

VÍSPERA DE FIESTA.







Tras volver de Cáceres, empezaron los preparativos de la víspera del bautizo.

En las fotos podeis ver a Marcos enseñándome a manejar el diávolo, que telita marinera con el aparetejo en cuestión, parece fácil pero las apariencias engañan. Tuvo mucha paciencia, pero como es un chico encantador seguro que no le importó darnos clases particulares.

Las dos señoras mayores son tía Andrea y tía Antonia, ambas hermanas de mi abuelo, las únicas que quedan con vida. La tía Andrea nos visitó hace unos años y la llevamos hasta el mar porque jamás lo habia visto. Fue muy divertido observarla tratando de entender cómo era eso, cómo funcionaba, qué habia más allá. Le costaba comprender lo que era el horizonte y corría asustada cuando una ola llegaba a la orilla. Ahora está fastidiada y no puede andar, pero eso no la impidió disfrutar del ratito que pasamos todos juntos.

El trio la,la,la, ahí estamos, Cecilia, Gema y yo. Son mis primas hermanas. Cuando era pequeña soñaba con que vivieran en la misma ciudad que yo, y ahora he comprendido que da igual donde vivan porque hay personas a las que jamás sientes lejos de ti.

Las celebraciones empiezan un día antes y se abren las puertas a todo aquel que pase por el lugar, porque en un pueblo como este todos son familia al final, por un lado o por el otro. Así que empezó el jolgorio, las risas, la fiesta, el disfrutar de estar juntos porque todos vivimos muy lejos unos de otros y siempre es un placer el reencuentro.

sábado, mayo 23, 2009

LAS SEÑORITAS.




Decidimos acercarnos a Cáceres a ver a las señoritas, pero por el camino paramos en Deleitosa, un pequeño pueblo que me trajo recuerdos de cosas de antaño que ya no están en práctica pero que he conocido. Resulta, que de repente, sonó una música por los altavoces anunciando un bando que dijo: "Atención, se va a cortar el agua de medio pueblo para arriba", y no contentos con la primera, lo repiten una segunda vez. Miré a Pedro destornillada de la risa, porque ¿dónde empieza el medio pueblo para arriba?.

En mi pueblo también se han modernizado, ahora suena a mediodía una jota extremeña que canta a la Virgen de Guadalupe y anuncia que quien esté trabajando que se vaya a casa a comer porque ya es la hora. Antes esta tarea era cosa de Fernando, el alguacil, que iba con la corneta de esquina en esquina. A mi me encantaba verlo y en cuanto hacía sonar la corneta salía disparada por el pasillo a ver que nos contaba, hacía como una canción: "se hace sabeeeeeerrrrrrrr, que mañanaaaaaaaaa, venderán pescadooooooo, en la plazaaaaaaaa, del ayuntamiento". El final era seco y rotundo. Cosas de los pueblos que son dignas de mencionar porque por las ciudades ni se ven, ni se oyen, ni se recuerdan.

Tras esta introducción, os cuento la visita a las señoritas de Cáceres. Si leyeran esto me reñirían porque no les gusta nada que las llamemos así, pero no lo puedo remediar, así es como las llamaba mi abuela, después mi madre y ahora yo. Cuando era pequeña y contaban la historia de como conocieron a mi abuela en tiempos de guerra mientras ella estaba lavando la ropa de sus hijos en el río, a mi me parecían las hadas madrinas del cuento. Es un poco largo de contar y perdería mucho sentido si no me detuviera en los detalles, por lo que, resumiendo mucho, os contaré que en su época eran mujeres muy bien situadas y ayudaron a mis abuelos a salvar a uno de sus hijos, mi tio Felipe, cuando cayó enfermo, ya que, en esos años de guerra, tan duros, mis abuelos no tenían medios económicos para dar a mi tio los cuidados que necesitaba por su enfermedad, y en un pequeño pueblo extremeño perdido entre sierras mucho menos.

Así que he crecido oyendo hablar de ellas, han formado parte de nuestras vidas y nunca las olvido porque ayudaron mucho a mis abuelos en unos tiempos muy difíciles y encima sin conocerles de nada. Siempre me dicen que mi abuelo era un señor y un caballero. No son las únicas que hablan así de él, porque es verdad que lo era. Tenía clase y dignidad.

La visita fue muy interesante. Disfruto mucho de su compañía porque tienen unas vidas muy interesantes. Me encanta ir a verlas a su casa donde cada mueble tiene una historia, los retratos de sus antepasados despiertan mi imaginación, sus viajes, sus libros, sus detalles...me las estimo mucho. Son tres, Cuqui, Luisa y Mª Luisa. En la foto salen las dos hermanas, Cuqui y Luisa. Me llegaron al corazón porque Luisa estaba organizando fotos para repartirlas. Me dió algunas que me hicieron el día de mi boda porque dice que es muy mayor y que si se muere las van a tirar todas a la basura. Espero que eso tarde mucho en pasar, la verdad. Los albums de fotos que hace Luisa son dignos de ver. Los decora con fotos de Petete, hace recortes, los llena de flores...una auténtica obra de arte. Cuqui es entrañable, muy cariñosa y siempre sonríe. A Mª Luisa no la pudimos ver, otra vez será...ya le he dicho a Pedro que hemos de ir a visitarlas más a menudo. Me llaman "la niña", y la verdad es que a mi me encanta y me parece que tengo mucha suerte por haberlas podido conocer y disfrutar un poquito de su compañía, es una pena que estén tan lejos.

viernes, mayo 22, 2009

OTRO ARTISTA.







Antonio es conocido por todos en el pueblo como Ñoñique y es otro de esos artistas desconocidos que hacen virguerías con sus manos. Nos invitó a ver la cantidad de cosas que inventa. Ha reproducido en miniatura aperos de labranza de esos que ya casi no se usan al ser sustituidos por máquinas más modernas. Hace tajos. Los tajos son unos taburetes de corcho con un aspecto muy rústico que a mi me gustan especialmente , y pese a que tengo dos, le dejé encargado uno más porque luego vienen de maravilla. Nos llevó a una caseta que tiene en las afueras del pueblo, con unas vistas preciosas y unas rosas de las que se sentía muy orgulloso. También nos mostró el aparatejo que ha inventado para espantar pájaros. La verdad es que mereció la pena pasar un rato con Antonio, ver la cantidad de cosas y casas que ha hecho él solito, si, casas, una de cuatro plantas a piso por hijo. Lo dicho, un artista este señor.

jueves, mayo 21, 2009

HACIENDO ROSCA DE MUÉGADO.







Por la tarde me uní al grupo de mujeres que fueron a casa de mi tía a ayudar a hacer las roscas de Muégado. Resulta que cuando hay boda, bautizo, comuniones o celebraciones de algún tipo, las mujeres se ayudan unas a otras tradicionalmente en la elaboración de los dulces.

Hice fotos de toda la elaboración de la rosca, que tiene tela marinera y que entiendo ahora porque sólo se prepara cuando hay un acontecimiento especial. Se hace la masa, se moldea con forma de tiritas finas que se fríen y se llaman canderilla, después se trocean. Se cuece la miel, se trabaja, se añade merengue, se menea y remenea hasta que consigue un espesor concreto y eso es tarea de hacerlo entre todas porque cansa muchísimo y cuesta de conseguir el espesor adecuado, se mezcla con la canderilla y se da forma.

Lo mejor de todo esto es la oportunidad de juntarte y morirte de risa la tarde entera con las ocurrencias que salen a la superficie. A mi me hacía mucha gracia una vecina que tenemos allí de toda la vida y se llama Dominga(la señora que lleva una chaqueta color claro). Esta mujer me enseñó un vocabulario que ni el diccionario de la real academía española de la lengua, sin mencionar sus numerosas anécdotas como su visita al "dientista" donde a una conocida le sacaron un "diente extraño" que ella estaba empeñada en reutilizar...un caso. Las palabrejas que me enseñaron son indescifrables pero es curioso que allí se utilizan mucho, tienen una jerga de lo más particular.

Alguna no quería salir en internet, pero al final se animaron todas a posar mientras merendaban, que en estas reuniones hay tiempo para todo. Mi mami, mi tía, Dominga, Esperanza, dos Juanas y la que hacía la foto que no pudo salir, yo misma.

Estaban todas de acuerdo en que la próximas roscas que harían, serían para el bautizo de mi niño, que no está ni pensado, ni hecho, pero bueno, si eso les hace ilusión...

miércoles, mayo 20, 2009

LA CUENTACUENTOS.




Erase una vez la menda lerenda que se fue al monte y en vez de coger cerezas andaba trasteando, tomando el solecito hasta que pensó que quizás hubiera serpientes y no era muy recomendable ir tumbándose sobre los hierbajos silvestres, disfrutando de su papaito mientras su maridito de fondo la decía que no tuviera la cara dura de poner en el blog que habia cogido cerezas, ejem..., hombre, coger si que cogió pero no tantas como él...eso si, aprovechó el tiempo todo lo que pudo y ahora que le quiten lo "bailao" porque colorín colorado este cuento se ha acabado.

martes, mayo 19, 2009

CEREZAS.






No pierdo el tiempo, no, no, eso es lo último. En un lugar como este pueblo una tiene mucho que hacer y que aprender.

El primer día que amanecí allí me apunté, sin dudarlo, a ir a coger cerezas. Las del valle del Jerte son famosas pero las de la comarca de los Ibores no tienen nada que envidiar.

Los cerezos estaban preciosos, llenos a rebosar. Tengo que confesar que comí más que cogí, que se le va a hacer, pero es que era una tentación irresistible tenerlas en la mano tan rojitas y con ese aspecto tan rico, rico...estaban deliciosas.

Lo que más me gustó de todo es poder pasearme por el monte con la cesta de mi abuela. Me parecía tenerla muy cerca. Me recordó aquellos días en los que la veía volver a casa tras visitar el Cercao, con la cesta colgada del brazo y apoyada en la cadera, repleta de verduras y frutas frescas.

lunes, mayo 18, 2009

RECUERDOS, SENSACIONES, PENSAMIENTOS.







Dejamos atrás las ruinas romanas que me fascinan, porque no me cabe en la cabeza como han llegado a mantenerse en pie hasta hoy, pese al paso de los años, que anda que no han visto llover ni ná...

El tramo que une el embalse de Valdepeñas con el pueblo de mi madre es el que más me gusta. Es ahí donde empiezan a brotar los recuerdos, se agolpan todos a la vez dentro de mi cabeza buscando la salida y tengo tantos...

Dejamos a la derecha una pequeña aldea abandonada, La Avellaneda. Cuentan que sus habitantes tuvieron que huir de ella porque las hormigas les devoraban y ese fue el principio de un pueblo , vecino del mio, que se llama Castañar de Ibor, lugar donde se instalaron tras la curiosa invasión.

"Mi pueblo" está ubicado en un lugar privilegiado, entre sierras, rodeado de nogales, alcornoques, encinas...ya no recordaba cuánto echaba de menos este rincón del mundo... Digo "mi pueblo" no porque sea la dueña, ni mucho menos, pero es donde nació mi madre y depende de como lo miremos de alguna manera yo empecé a existir allí, siempre lo digo así desde que tengo uso de razón.

Bajé la ventanilla y el aire me removió el pensamiento. El aroma a jaras florecidas, a retamas, a frescor, a tierra húmeda. Este lugar huele especial, no podría explicaros cómo, pero si vais algún día a la comarca de los Ibores concentraros en respirar profundo y disfrutar de esa mezcla de esencias que ofrece su naturaleza, que está flotando en el ambiente, no creo que encontreis un perfume igual en otro lugar.

De repente, aparece en la memoria el recuerdo del incendio que hubo en el 2005, que me partió el corazón y del que aún quedan rastros, algunos árboles continuan ennegrecidos formando con sus siluetas formas casi fantasmales. El verde en el suelo empieza a brotar, como la vida y la muerte que siempre van unidas.

Y allí está, donde siempre, mi lugar al que volver, aparece al fondo, precioso a mis ojos del alma, pequeño, con sus tejados anaranjados pintando de color el horizonte. Allí vivieron mis antepasados, encuentro las raíces de este ser que soy. Un sitio que quiero, que siento, que corre por mis venas, que me hace sentir como Scarlatta O´Hara en su tierra roja de Tara. Esta es mi Tara particular, que yo de Escarlata también escondo algo en mí porque como ella ando enamorada de la tierra y esta es verde, está llena de vida y posee un trocito de mi corazón.

domingo, mayo 17, 2009

PANTANO DE VALDECAÑAS.






Se encuentra sobre el río Tajo y en la provincía de Cáceres. Es un lugar familiar para mi. Bajo sus aguas se encuentra sumergido el pueblo de Talavera la Vieja, conocido popularmente como Talaverilla. Este pueblo fue en la antigüedad una ciudad romana llamada Augustóbriga. El pórtico romano que veis en las fotos se conoce con el nombre de "los mármoles", fue construido en el S.II y trasladado a su nueva ubicación piedra a piedra en 1963, año en el que el pueblo desapareció. En su contrucción se utilizó granito local pero dicen que brillaba a lo lejos como si fuera mármol, de ahí su nombre.

Mi madre siempre me cuenta que en época de sequía puede verse el campanario de Talavera la vieja, pero no hay manera, a día de hoy todavía no he conseguido verlo. Me gusta parar allí por si baja el nivel y asoma, pero nada, buena señal, indica que hay agua y eso siempre es una buena noticía pese a que mi curiosidad no quede satisfecha.

Es una pena que este monumento pase desapercibido, está un poco escondido y no todo el mundo sabe de su existencia, quizás eso al final sea lo que permita que se conserve tan bien.

martes, mayo 12, 2009

GANDHI.



Señor, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar la traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a ti mismo y a no juzgarme como a los demás.
No me dejes caer en el orgullo si triunfo y en la desesperación si fracaso.
Mas bien, recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.

GANDHI.

Pd: Pequeño grandísimo hombre. En la foto me podeis ver con 19 añitos en el museo de cera de Madrid.